Consideramos que es preciso
encauzar el debate sobre la crisis en Izquierda Socialista hacia el plano
ideológico evitando los personalismos y luchas cainitas como las que han
surgido en nuestra corriente en las últimas semanas. La táctica de algunas
compañeras y compañeros, desde nuestro punto de vista, ha sido inadecuada, perjudicial y
divisionista; hace unos días, en uno de esos debates espontáneos que surgen en
la red, que hemos querido evitar desde los coordinadores de Málaga, porque las
nuevas tecnologías deberían ayudarnos a construir y fortalecer nuestra
organización y no deteriorarla, algunos compañeros de la corriente Izquierda
Socialista, han señalado su preocupación por la situación interna donde han
surgido esas diferencias y las han expresado libremente, entrando en algunas
ocasiones en personalismos, descalificaciones y argumentos leguleyos, sin clarificación de las posiciones
ideológicas que se defienden, cuando
otros hemos considerado que hay que tener un método sano, compañero y democrático para debatir nuestras
controversias, planteando las diferencias en el plano de la lucha
ideológica.
En nuestros debates internos,
siempre hemos tenido precaución con las manipulaciones que puedan hacerse por
parte de la prensa burguesa de nuestras diversas sensibilidades y criterios, porque es preciso darse cuenta del
avasallamiento de los medios de comunicación controlados por la burguesía, que dominaban mayoritaria y apabullantemente
el cotarro, haciéndose eco de las comidillas y enfrentamientos y boicoteando o
censurando descaradamente las posiciones políticas críticas con su modelo
capitalista, creando, a veces, una
tremenda confusión entre la clase trabajadora, y sobre todo, en este caso
concreto cuando la dirección de Izquierda Socialista Federal ha entrado en crisis, afectando a diversos
territorios del Estado, donde, por
desgracia, se han producido diversas divisiones internas.
En primer lugar es necesario decir,
que el verdadero socialismo tiene que ser ético, solidario, crítico, internacionalista, humano,
justo y libre, por lo que es muy
conveniente el propugnarlo y practicarlo constantemente mediante la educación
práctica y teórica entre la clase trabajadora, de la que formamos parte, porque los valores
entre los dos modelos, el capitalista y el socialista, deben ser completamente
diferentes, tanto en el fondo como en las formas; ellos dicen tener su “moral”
y nosotros “nuestra ética”.
En la lucha por el socialismo y por
tanto contra la burguesía y su sistema, el imperialismo, los terratenientes, la
multinacionales y los burgueses en general, sus voceros tienen como tarea
fundamental evitar que podamos avanzar en la construcción de una sociedad
socialista con plena democracia obrera y su papel primordial es el combate de
la lucha ideológica, a través de sus potentes medios de comunicación, aplicando
su consigna destructiva de “divide y vencerás”.
En nuestra corriente, han surgidos “personalidades” que han aprovechado
la crisis de dirección, agudizada por la dimisión de nuestro Portavoz Federal,
Pérez Tapias, para atacar públicamente, con razón o sin ella, a algunos
compañeros, apartándose de los cauces de la democracia interna y del respeto
que todos nos debemos.
La formación obrera, el saber
encauzar democrática y pacientemente los debates, respetando los tiempos y las
palabras en las Asambleas y demás reuniones,
con el máximo respeto, adquiere
una especial dimensión en las condiciones del mundo actual, cuando la ofensiva
imperialista está intentando un viraje en su política mundial que representa en
realidad una especie de “fascistización por vías democráticas” en las
relaciones económicas, políticas, sociales y culturales, de esta forma es
preciso recordar para aplicarla desde la izquierda, lo que dijo Largo Caballero: “La formación
obrera es una lucha permanente contra la ignorancia impuesta por la clase
burguesa dominante”.
El sistema capitalista maleduca
adrede a los trabajadores, o intenta mantenernos en la ignorancia y somos desde
las izquierdas los más interesados en practicar un comportamiento democrático
para contrarrestar los vicios y malas artimañas del modelo capitalista, que nos
quiere llevar al salvajismo y a la barbarie. Por ejemplo, el PP ha introducido una
ley de Educación como al LOMCE, a la que la juventud y la comunicad educativa
en pleno, ha venido rechazando con Huelgas
Generales, convocadas por el sector de la enseñanza en su conjunto, porque esos
recortes y ataques suponen una vuelta a
la escuela clasista de la dictadura franquista, para llevar de nuevo al pueblo
a la ignorancia, ya que con sus recortes presupuestarios y ajustes, no podrán estudiar más que los hijos de los
ricos.
Las ideas burguesas, concepciones,
patrones y hábitos de conducta que se nos impone a la clase trabajadora por la
brutal propaganda permanente de la clase dominante, está muy arraigada desde
décadas, sino desde siglos, transmitido de generación en generación en la
conciencia de la gente, a través de los púlpitos y los planes de educación; a
veces cometemos demasiados errores confundiendo la realidad y tomando a
“compañeros” por “adversarios” y nos comportamos incorrectamente.
Desde la corriente Izquierda
Socialista de Málaga, como en diversas zonas del Estado, hemos mantenido el método del materialismo
dialéctico desde 1979, cuando la corriente oficialista ganó el XXVIII y el XXIX
Congresos asumiendo un programa más bien socio-liberal-socialdemócrata y
profundizando en esa deriva liberal, que ha transformado el Partido en un ente
“interclasista”, donde el pensamiento pequeño-burgués se ha desarrollado,
aplicándose en algunos análisis y comportamientos que son contrarios a los
propios del movimiento obrero, pero nosotros mantuvimos los principios
básicos de la filosofía que concuerda más ajustadamente con la defensa de los
intereses de la clase trabajadora, a la cual el Partido se debe, le pese a
quién le pese, llevando una lucha resuelta y desigual, al carecer nuestra
corriente de medios económicos materiales suficientes, para poder oponernos en
esa lucha resuelta contra las mentiras, tergiversaciones históricas y
manipulaciones informativas de la realidad, que los intelectuales y plumíferos a sueldo de
la burguesía están llevando a cabo y que algunas compañeras y compañeros han
facilitado dándoles pábulo. En esta disputa interna, debemos confrontar
diferencias ideológicas, que, aunque todavía no han aflorado en su totalidad,
están latentes. Aunque no debemos
dejarnos contaminar por los métodos empleados por algunos plumíferos
mercenarios al servicio del capital, de utilizar la mentira, la calumnia y la
tergiversación en nuestros debates, que deben ser políticos.
Debemos seguir profundizando en el
debate y el análisis concreto de esta realidad, tanto de lo que se publica y
emita por los medios de comunicación burgueses como en sus teorías económicas liberales que han fracasado
estrepitosamente, con el fin de contrarrestar en la medida de nuestras
posibilidades y evitar en lo posible la penetración de la ideología burguesa
dominante, ajena a los intereses de nuestra clase.
Asimismo debemos esforzarnos por
desenmascarar todas las manifestaciones del aparato burgués, que vaya en
detrimento o desprestigio de la ideología socialista y de las izquierdas en
general, particularmente rechazando las campañas mentirosas “goebelianas”,
lanzadas desde posiciones sectarias, que
arremeten con insidias, queriendo hacer
ver que el PP y el PSOE son la misma cosa, cuando quieren hacernos olvidar que
el PP representa al capitalismo tardo-franquista más rancio, reaccionario y
montaraz de la burguesía más atrasada de Europa, mientras el PSOE, con sus
errores y aciertos, es el legítimo heredero de la clase obrera aunque hay que
reconocerlo que está tan escorado a la derecha y parafraseando al compañero Alfonso Guerra,
es la línea política oficial del Partido la que “no la reconoce ni la madre que la parió”, es
decir, que con la política liberal-socialdemócrata que ha venido practicando la
corriente oficial, lo que más ha cambiado ha sido el Partido y no la sociedad
que se pretendía cambiar, lo cual merece al menos una profunda autocrítica por
los partidarios de esas corrientes más afines con la táctica y estrategia de la
burguesía, que están siendo apoyadas desde sensibilidades internas, cuando lo
que necesitamos es luchar claramente por un giro a la izquierda como las masas
están exigiendo, aunque algunos compañeros incluso de la corriente, en este
debate, dan a entender que quieren adoptar nuevas posiciones “más moderadas”
porque no les agradan demasiado los “ideales clásicos del genuino socialismo”. Este es el meollo de la cuestión, a nuestro
entender, y sobre lo fundamental en torno a lo cual deberíamos centrar el
debate. Hasta ahora nuestra corriente ha venido
luchando claramente por ubicar al PSOE en la izquierda, pero algunas
sensibilidades de la propia corriente parece que estas posiciones las critican
por antiguas y aspiran a convertir a nuestra corriente en “corriente de poder”
en vez de “corriente de opinión”, sin entender que para conseguirlo lo primero,
que es también nuestra legítima aspiración, hay que acumular fuerzas, ganarnos la mayoría
sumar apoyos, no destruirnos y dividirnos.
Nuestra misión, como parte de la izquierda,
es combatir en primer lugar al capitalismo y sus defensores, pero también a los
socio-liberales y algunos que se llaman ellos mismos socialistas pero que
defienden en realidad un programa socialdemócrata de derechas y que se comportan como elementos pequeño
burgueses en el seno de un “Partido Socialista Obrero”, sin haberse atrevido a
plantear ninguna alternativa
programática diferenciada en esta controversia, ni si lo que quieren es
renunciar a los ideales clásicos del PSOE que siguen siendo, aunque a algunos les
pesa demasiado, “la completa
emancipación de la clase trabajadora; es decir, la abolición de todas las
clases sociales y su declaración y conversión en una sola clase de
trabajadores, dueños del fruto de su trabajo, libres, iguales, honrados e
inteligentes”, como defendían los fundadores del Partido dirigidos por Pablo
Iglesias, con lo cual demuestran que son ajenos al genuino socialismo y por
tanto, defensores vergonzantes del orden burgués, lo hagan aposta o sin
conocimiento profundo de causa, porque sobre todo, se niegan a realizar una
firme defensa del programa que pueda romper con el capitalismo e iniciar la
construcción del socialismo.
Nuestra
corriente viene presentando
desde hace muchos años la firme oposición como trabajadores, a sus
concepciones
conciliadoras con la sombra de esa burguesía corrupta y decadente, que
están
propiciando un pacto para salvarse de la cárcel en la que deberían estar
ya
tantos especuladores, banqueros y corruptos, y vienen propiciando un
gran Pacto de Estado, gobierno de Concentración Nacional, pacto para
la recuperación económica o como quieran llamarle, que representaría un
nuevo
error porque no es eso lo que el pueblo está exigiendo, sino que exista
una
verdadera “regeneración y catarsis”, donde el pueblo pueda decidir libre
y
democráticamente su propio destino, sin las trabas de la fraudulenta Ley
D’hont. Cualquier pacto con el PP sería visto por las masas como una
claudicación porque está sufriendo con gran indignación la ofensiva de
los ataques
del PP y la Patronal, que tienen que ser echados hacia atrás por la
fuerza de
la lucha, y es poniéndose al frente de la mayoría de la clase
trabajadora que
lo demanda, como el PSOE puede ganarse
la confianza de los ciudadanos para empezar a cambiar la sociedad.
También tenemos que desenmascarar a
esos que se llaman ellos mismos como los más “revolucionarios” y que al final,
esos grupos minoritarios extremistas y violentos no son más que
“seudo-revolucionarios”, que como dijo el clásico, son en realidad
izquierdistas de salón, sin programa concreto a veces, sin táctica, ni
estrategia global, lo cual es un peligro
del aventurerismo político que tanto daño ha hecho a los trabajadores,
llevándoles a veces al matadero, cuando su verborrea es ultraizquierdista, sin
tener en cuenta los procesos, los ritmos y el camino de la Unidad y la
Organización de las masas tan necesarias para marchar hacia el socialismo.
Es el deber de todo socialista
marxista desenmascarar el intento de algunas fuerzas que se reclaman de la
izquierda de confundir la coexistencia pacífica en un momento dado, con la
conciliación y fusión entre las clases sociales, y sobre todo, la coexistencia
ideológica que ha llevado a muchos socialdemócratas al abandono del objetivo de
la transformación social y a negarse a defender una política de clase, con un
programa serio,(*) anticapitalista y democrático, que represente una verdadera
alternativa al modelo liberal-burgués, totalmente agotado, obsoleto, corrupto y sumido en la más terrible recesión, de la
que difícilmente podrá realizarse una salida digna para la clase trabajadora y
los sectores más empobrecidos de la sociedad, si no contamos con la
organización y la unidad del movimiento obrero, tanto sindical como político.
Algunas de las medidas más
importantes que una organización de los trabajadores debe utilizar frente a una
situación como la actual, son el fomento y el estudio del materialismo
dialéctico entre la clase obrera, conocer las leyes del desarrollo social, los
papeles de los factores subjetivos y objetivos, analizar profundamente los
problemas económicos y sociales para ofrecer soluciones, luchar contra el
divisionismo, la apatía y el liberalismo, procurando avanzar hacia la mayor
unidad, organización y acción de los trabajadores, contra los ataques y las
injusticias de este podrido sistema capitalista.
Nuestra lucha por el socialismo
debe vincularse a una labor ideológica y a los problemas concretos de los
trabajadores en los tajos y puestos de trabajo, pues aquí se enfrentan los dos
sectores irreconciliables de la sociedad, poniéndose frente a frente la clase
trabajadora contra la burguesía, en todos y cada uno de los campos, como el
político, el social, el económico y el cultural, por lo cual tenemos que
avanzar en esta tarea a través de los sindicatos y organizaciones sociales,
pero debemos darles un carácter internacionalista y socialista de clase.
Es conveniente comprender con
precisión de qué forma se manifiestan los problemas en el proceso molecular de
toma de conciencia de las masas, que en momentos como los actuales experimentan
una aceleración que será dialéctica en sus saltos y convulsiones, cuyos
responsables de esas agitaciones serán los propios banqueros y capitalistas por
su incapacidad para crear puestos de trabajo y por tanto salir de la crisis, porque la clase obrera está siendo explotada
con más virulencia que antes. Esas son,
a nuestro entender, las cuestiones que debemos explicarles a la clase
trabajadora asumiendo una línea política correcta, dejándonos de
enfrentamientos cainitas sin contenidos ideológicos concretos, lo que equivale
al desastroso método que tanto repugna al trabajador de “quítate tu para
ponerme yo”, pero para no cambiar nada.
Esta
es nuestra introducción al
debate que había sido planteado como dijimos al comienzo; es preciso
realizar
un trabajo sistemático de educación ideológica, laboral y económica de
los
trabajadores, para lo cual el Partido en
su conjunto, tanto la corriente oficial como la nuestra, Izquierda
Socialista, debiera encaminarse a la tarea indispensable de formar
cuadros
jóvenes que, con “honradez y firmeza”, y siguiendo la recomendación de
nuestro Pablo
Iglesias, que dijo: “elegid a los mejores y luego vigiladlos como si
fuesen
canallas”, seamos capaces de movilizarnos, convencer a la ciudadanía
para que
entren en política luchando por el verdadero programa socialista (*) y
caminar
resueltos hacia la aplicación de los principios sanos de la democracia
socialista, para acabar de una vez con la corrupción, aplicando los
objetivos y valores socialistas,
entre ellos ese que dice “de cada cual
según su capacidad, a cada cual según su trabajo”, como unos de los
objetivos
de un plan socialista de producción, con planificación económica y
científica
de los recursos productivos y bajo
control obrero, que permita salir con
justicia y trabajo de la catástrofe económica en la que este modelo
capitalista
de casino y ruletas trucadas nos tiene
sumido. Es preciso entender, por tanto, que nuestros adversarios están
en la
derecha, en el Gobierno del PP y en el sistema que representa y no en
las
izquierdas. Hemos intentado siempre que
nuestras críticas sean constructivas y orientadas hacia la superación de
este
sistema capitalista, caduco, degenerado y senil, que es la causa de
todos los
males que padece la clase trabajadora.
ÁREA
DE COMUNICACIÒN Y FORMACIÓN.
IZQUIERDA
SOCIALISTA DE MÁLAGA-PSOE.A
(*) Si quieres conocer nuestras
propuestas o participar en el debate que estamos llevando a cabo puedes solicitar gratuitamente al correo de
abajo, el borrador del documento que hemos hecho público, poniendo en asunto
“Por un programa socialista alternativo…”
ispsoeandalucia.malaga@gmail.com
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